Nace de la mano de la prestigiosa fábrica de armas estadounidense Springfield Armory, siendo un cartucho netamente militar, como consecuencia directa de la guerra desatada en el año 1898 que tuvo lugar en Cuba entre España y Estados Unidos, donde la infantería española estaba armada con unos infalibles fusiles Mauser (acción 1893) que disparaban un moderno, rápido y perforante cartucho, el 7×57. Una de las mejores combinaciones para la época, entre la confiabilidad y robustez que presentaban y presentan los rifles de la fábrica alemana, con un cartucho que aún hoy se mantiene vigente.
La historia cuenta que quinientos veinte soldados españoles, se atrincheraron en la colina de San Juan, repeliendo el ataque y la inminente toma de Santiago de Cuba en manos de un ejército norteamericano que había desplegado en el lugar cerca de diez mil hombres.
El cuerpo de infantería español mostró una valentía pocas veces vista, defendiendo su puesto hasta quedarse sin balas, ante un rival que lo superaba de sobremanera en número. Aunque armados con fusiles que disparaban cartuchos como el sobredimensionado .30-40 Krag-Jorgensen y el pequeño 6-mm Lee Navy. Mostrando una gran ineficacia ante el poderío de los Máuser españoles.
Esto hizo que el ejército norteamericano sufriera más de 2.000 bajas entre sus filas; por lo que el Congreso de ese país abrió un concurso entre sus fabricantes para abastecer a sus tropas con un nuevo rifle y un mejorado cartucho.
El desarrollo más importante lo obtuvieron en el año 1903 con un rifle de la casa Springfield que disparaba un cartucho al que denominaron .30-03, el cual montaba una punta de diseño redondo (round nose) de 220 grains. Pero el Ministerio de Guerra de los Estados Unidos, seguía muy de cerca la evolución y el progreso que habían logrado los alemanes con su nuevo cartucho 8×57 JS, el cual montaba una punta de diseño ojival-spitzer (puntiaguda) con el que obtenían un mejor desempeño sobre el que ellos habían logrado en su .30-03, por lo que determinaron que sus desarrolladores debían trabajar a semejanza del cartucho alemán.
Naciendo así el gran “Cartridge Ball Caliber .30, Model of 1906”, con la definición abreviada de .30-06 Springfield (calibre, año de nacimiento y arsenal). Originariamente se lo comenzó utilizando en el ya vigente fusil Springfield Mod. 1903, con sus correspondientes modificaciones. Disparando municiones con punta spitzer de 150 grains a 2.700 fps. En la actualidad, debido a la evolución que lograron las fábricas de municiones, como las de insumos de recarga, una punta de similares características ha ganado cerca de 300 fps, volando a casi 3.000 fps.
Fue tal el éxito de este cartucho que muchas y reconocidas fábricas armamentistas de la época comenzaron a utilizarlo en sus distintos desarrollos, como Enfield en su fusil M1917 y Johnson en su M1941. Destacándose también en el galardonado fusil semiautomático Garand M1 y el fusil automático BAR. Alimentó a ametralladoras como la Gatling, Hotchkiss M1909 Benet-Mercie, Chauchat, Lewis, Browning M1917-1919 y la Johnson M1941.
Las armas largas del ejército estadounidense usaron este cartucho hasta mediados de la década de 1950. Con él protagonizaron 2 guerras mundiales, la guerra con Corea y tuvo una “especial participación en Vietnam”, siendo sustituido por otro legendario, el 7,62×51 OTAN (.308 Win).
El .30-06 “cierra” su accionar bélico en la guerra de Vietnam, en manos del cuerpo de francotiradores (marines) del ejército estadounidense. Quienes lo usaron en el fusil Winchester Mod. 70. Consiguiendo este binomio (rifle-cartucho) sus máximas condecoraciones de la mano de Carlos Hathcock, uno de los más letales francotiradores de la historia.
EL .30-06 Y LA CAZA
Habiéndose consagrado como un gran cartucho bélico, sus orígenes en la caza nos llevan a uno de los más afamados cazadores de todos los tiempos, Teddy Roosevelt, quien en el año 1909 al tiempo de haber dejado la presidencia de los Estados Unidos de Norte América, viajó de safari a la indómita África Oriental, llevando además de su inseparable Winchester Mod. 1876, su nuevo Springfield .30-06, deportivizado por la fábrica especialmente para él. Sus elogios fueron tantos que inmediatamente su amigo y novelista Stewart Edward White, le pidió también a la Springfield Armory, su .30-06 personalizado para afrontar su próximo safari.
Así, grandes y reconocidos cazadores comenzaron a utilizarlo y contar sobre sus bondades, entre ellos podemos mencionar a Harry Selby, al Coronel Estadounidense Townsend Whelen, al periodista y novelista Robert Ruark, y por supuesto a uno de los máximos mentores de la actividad cinegética en el mundo, el Sr. Ernest Hemingway quien utilizó este ponderado cartucho para hacerse de leones, búfalos, rinocerontes y otro gran número de animales en sus tantos safaris africanos, como él mismo relata en su libro “Las verdes colinas de África”.
Logró una gran masividad entre civiles, ya que luego de haber servido casi medio siglo al ejército norteamericano, al ser dado de baja, quedó en el mercado un gran número de rifles que disparaban este cartucho, como así también municiones e implementos de recarga.
Sin embargo, su gran aceptación entre cazadores va de la mano con el prestigio ganado. Y a que fábricas como Remington y Winchester en la década de 1920 comenzaron a implementar este cartucho en sus reconocidos rifles de caza. Sacando a relucir una versatilidad y flexibilidad casi desconocidas para la época. Desarrollando una gran variedad de pesos y diseños de puntas que podía montar, ofreciendo siempre una magnífica precisión.
En la actualidad convive con cartuchos “superiores” o que tal vez podríamos denominarlos así, porque se vieron beneficiados por el paso del tiempo y la continua evolución en la materia, que los llevó a esa casi especialización en cuanto a presas de caza y distancias de disparos, cosas en que debemos reconocerle una cierta “decadencia” al ya veterano .30-06 que lleva más de cien años de vida y esa versatilidad que durante décadas lo hizo el máximo exponente en la caza, comenzó a verse en desventaja con estos modernos desarrollos.
No podemos dejar de mencionar que la leyenda .30-06 dio origen a cartuchos comerciales y no comerciales (wildcat) como el .25-06 Remington, el .270 Winchester, el .280 Remington, el 8 mm-06, el .338-06 y el .35 Whelen.