Se adaptaron muy bien a la geografía de la Provincia de La Pampa, de grandes bosques de caldenes, impenetrables fachinales, cultivos de pastoreo y grano que estabilizaron su dieta ayudando a una prolífica reproducción. Fueron extendiéndose por gran parte de La Pampa, incluso muchos animales llegaron por sus propios medios hasta la Provincia de San Luis. El hombre también se encargó de distribuirlos, llevándolos a localidades con climas y geografías muy adversas a las que ya se habían adaptado. En ocasiones para el aprovechamiento de su carne, la práctica de la actividad cinegética, para «adornar» feudales estancias y hasta como atractivo turístico por parte de gobiernos mal informados…. Los primeros ciervos colorados en llegar a la Patagonia Argentina, los llevó Aaron de Anchorena a la Isla Victoria, que se encuentra sobre el lago Nahuel Huapi Provincia de Neuquén, en la primera década del siglo XX. Desconocemos la procedencia de los animales y por ello su sangre y características genéticas. Si podemos aportar que muchos de ellos logran salir a nado desde la isla, como se los ha visto en varias oportunidades, para comenzar a poblar zonas aledañas e incluso llegar hasta la Provincia de Río Negro. En el año 1922 Robert Hohmann le compra a Pedro Luro 4 ciervos machos y 16 hembras preñadas para llevarlos hasta su estancia Collun-Có en Junín de Los Andes, Provincia de Neuquén. Los animales fueron trasladados en tren desde la estación Naicó, próxima a lo que hoy se conoce como la Reserva Parque Luro con destino a Zapala y desde ahí en carretas hasta la estancia. Luego de una corta adaptación, los ciervos comenzaron a dispersarse y ocupar gran parte de lo que hoy es el Parque Nacional Lanín e incluso se extendieron hacia otras latitudes patagónicas. A mediados del siglo XX, se llevaron ciervos a la localidad de Alto Río Senguer, Provincia de Chubut, más precisamente a la estancia Los Karakules, propiedad de Teodoro Mussio, en inmediaciones del lago Fontana, los cuales, y al igual que todos los anteriores que mencionamos, se adaptaron rápidamente a su nuevo hábitat y se distribuyeron por todo lo que hoy se conoce como Parque Shoonem e incluso emigrar al vecino País de Chile. También durante la década del 50 se hicieron sueltas de ejemplares en la Provincia de San Luis, estos no tardaron en sumarse a los que ya se encontraban ahí arraigados, para copar y radicarse definitivamente en gran parte del centro y mayormente el sureste puntano. En el año 1973, la Subsecretaría de Recursos Naturales de la Nación, liberó en la Isla de los Estados, Provincia de Tierra del Fuego, cinco hembras y dos machos de ciervo rojo provenientes de Neuquén. Aquí no han proliferado en gran número, pero si han ocasionado un daño considerable al ecosistema … El mismo año también se llevaron ejemplares a un coto de caza en la zona de Tafí del Valle, Provincia de Tucumán, desde donde y como es costumbre en la especie, lograron escapar y hoy se los ha podido avistar en la Quebrada del Portugués, próxima a las sierras de Aconquija. En la actualidad también podemos encontrar ciervos colorados en las provincias de Mendoza, La Rioja, Catamarca, Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco y Jujuy. Aunque muchas de estas no registren su presencia o permitan su caza, registros de pobladores, como de diferentes investigadores, así lo demuestran. (Flueck,2010)
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