Calibres para recechos de jabalíes

Por Carlos Coto

Pasa en cualquier lugar donde se reúnan cazadores… se dan siempre eternas discusiones sobre que arma es la mejor o que calibre mata más que otro.
Esto da lugar a que los concurrentes y hasta alguno que pasa cerca de la mesa, de su opinión.
Reunidos en algún bar de la provincia de San Luis, donde he pasado tan buenos momentos cazando jabalíes, se trenzaron en una discusión sobre si es mejor el 7 mm Remington Mágnum o el .300 Winchester Mágnum para la caza del jabalí.

UN POCO DE HISTORIA
Ambos calibres se diseñaron con el fin de obtener altas velocidades en boca, mucho más que la cartuchería estándar de la época, para hacer que sus trayectorias sean lo más planas posible, pero además, debido a ese aumento en la velocidad, se lograba al mismo tiempo mayores energías.
Fue una época en que los americanos se largaban a cazar masivamente en el extranjero y no querían utilizar cartuchería que no fuese de diseño nacional.
De todas maneras, ambos calibres que estamos mencionando, son muy similares en cuanto a performance, ya que el 7 Rem. Mag. lanza un proyectil de 175 grains a una velocidad en boca de 2.860 pie/seg. mientras que él .300 Win Mag lo hace para su proyectil de 180 grains, a la velocidad de 2.960 pie/seg.
Pero volvamos a la pregunta de los amigos y antes de dar mi opinión, debo imaginarme muchas respuestas, ya que no las puedo hacer personalmente, como ser: si el arma con cualquiera de esos dos calibres para cazar jabalíes sería usada en disparos a larga o en corta distancias, o si el terreno sería abierto, o de zona de montes, etc.
Pero basado en mis experiencias de cacerías puntanas con rifle, la mayoría de ellas se desarrollan en las esperas nocturnas, ya que cuando se cazan jabalíes en terreno abierto se los hace generalmente con perros y donde allí se utiliza el cuchillo o un arma corta.
Por lo que deduzco que el meollo de la controversia, sería a mi entender, cuando se espera a los jabalíes en las aguadas o sembrados con la ayuda de la luz lunar.

MI OPINIÓN
Si la discusión se centra en: cuál de los dos calibres es el ideal para cazar jabalíes apostados, mi respuesta sería la siguiente: NINGUNO DE LOS DOS.
Como debo fundar mi opinión, paso a explicar mis razones por que di una respuesta es tan tajante.

Primero: Ambos calibres son excelentes para disparos a larga distancia, ya que ellos fueron diseñados para esa función; altas velocidades en boca para hacer que su trayectoria fuesen lo más plana posible y así subsanar en parte errores en el cálculo de distancias en los disparos largos.

Debido a esas altas velocidades, cuando en las aguadas o en distancias cortas, generalmente no más de 60 metros, si no rompemos los huesos de la paleta, o no le damos detrás de la oreja, o rompemos la columna, difícilmente el jabalí padrillo quede clavado en su sitio.
Esa velocidad tan elevada en boca en las distancias cortas, sería contraproducente, ya que el proyectil atraviesa el animal como si fuese de manteca y de esa manera no produce un shock de inmediato.

Segundo: No nos dejemos engañar por las tablas de balística, al comparar un cartucho estándar como puede ser nuestro difundido .308 Winchester con estos dos mágnums, las cuales nos informan que el .308 Win posee una energía en boca de libras/pie y estos dos mágnums poseen un promedio de energía que rondan las 3300 Libras/pie.
Esto demostraría la clara superioridad de los mágnums sobre la cartuchera estándar en cuanto a energía se refiere, para dejar clavado en su sitio a un buen padrillo; pero en la práctica no es así.
Los fríos guarismos de las famosas Tablas de Balística, son útiles para hacer comparaciones teóricas, pero los cazadores debemos centrarnos en la balística terminal, la cual estudia los efectos de los proyectiles cuando impactan y penetran en un animal y no en las balísticas internas o externas.

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA
Para el lector de libros clásicos de relatos de caza africanos, no es una novedad encontrar que ni los PH o cazadores profesionales, le dan crédito a las tablas de balística.
En ese continente donde tanto se ha escrito por cazadores de la talla de John “Pondoro” Taylor y otros, los PH han llegado a la conclusión, a través de una larga experiencia, que una velocidad en boca que exceda los 2300 pie/seg., al tocar el animal, tienden a “pinchar” en vez de dejarlo en su sitio.
Además, como los disparos en ese continente, son como regla general dentro de los ochenta metros, exceptuando claro está, los tiros en las amplias planicies; las distancias de disparos a los animales considerados peligrosos, son cortas o medianas como máximo.
Veamos un ejemplo práctico con la autoridad de Kevin Robertson quien es su afamado libro “The Perfect Shot” al hablar de la cacería del búfalo cafre, refiriéndose al calibre .375 H&H con su punta de 300 grains, el cual vuela a una velocidad en boca a 2.550 pie/seg. aconseja usar menos velocidad.
Esto se puede lograr mediante recargas más bajas o usando puntas Rhino sudafricanas de 380 grains, que le restan unos 200 pies/seg. en boca, logrando de esta manera, que el animal “sienta” el impacto con efectos demoledores.
Suponiendo que el cazador puntano o de cualquier otro lugar, desee cazar un buen padrillo en las esperas nocturnas iluminadas por la luna, modalidad que sin duda es la más difundida en nuestro país, si utilizamos cartuchería mágnum, del tipo 7 Rem. Mag. o .300 Win Mag, la única manera que me parece más eficiente sería utilizar proyectiles lo más pesados posible, con lo que se bajaría en la velocidad inicial; y si es posible, usarlos de un diseño y construcción de gran expansión como son las de punta hueca, etc. para que no atraviesen al animal y entreguen su energía en forma inmediata causando shock.

UN EPISODIO RECIENTE
Puedo poner como ejemplo lo que me ocurrió la luna pasada cuando estuve en La Pampa con unos amigos, uno de ellos llevo un Mannlincher muy bonito en 7 Rem. Mag. con puntas de 160 grains; como me aposté en otro lugar, no tuve tiempo de recomendarle que le diese al jabalí en la cabeza o en los huesos de la paleta.
Al día siguiente, cuando nos encontramos todos comentando los resultados de la noche anterior, este cazador relató que le había disparado a un jabalí muy grande y que se había metido en el monte herido.
Bajaron del apostadero con el guía y como los rastros de sangre se perdían en el monte, decidió, con buen criterio y precaución, seguir la búsqueda al día siguiente.
Como tenía que apostarse nuevamente la noche siguiente, le pedí que me mostrase las balas que tenía y tomando una de ellas, le corté el plomo expuesto con mi cortaplumas y también le practiqué un agujero, y se lo devolví diciéndole: Dispará ahora con esta bala preparada, y verás la diferencia.
El resultado fue el esperado, el jabalí que visitó la aguada esa noche, recibió la bala preparada por mí y cuando penetró la zona torácica estalló de tal manera que el animal cayó demolido.
Una solución de campo que nos sacó del paso con gran éxito.

QUE SOLUCIONES RECOMIENDO
Pero la solución ideal a mi entender para los casos de disparos a los jabalíes en los sembrados o aguadas, es utilizar calibres más adecuados para entregar grandes cantidades de energía en distancias cortas o medianas, logradas mediante un aumento del diámetro y peso del proyectil y no buscarla a través de elevadas velocidades.
Muchos dirán que estamos cazando jabalíes puntanos y no búfalos africanos, estoy de acuerdo, pero los efectos de la alta velocidad son los mismos cuando las distancias son cortas o de aguada, el animal tocado -a menos que impacte el proyectil en zonas que lesionen el cerebro, la medula o los huesos de la paleta, emprenderá una huida, o lo que es peor, nos llevará por delante.
Si hemos de mencionar calibres ideales para corta distancia más usuales en el país, recomendaría algo como: el .338 Win. Mag, o el clásico entre clásicos .375 H&H para rifles de repetición por cerrojo, pero si el usuario es adepto a las cómodas carabinas de palanca, recomendaría como ideal el .444 Marlin o el .45/70, (este último con las recargas más calientes y puntas huecas o muy expansivas).
Personalmente, siempre he usado –salvo raras ocasiones- cuando he ido a La Pampa, cualquiera de mis rifles en .375 H&H, con puntas Sierra de 250 grains, con resultados espectaculares.
Últimamente, utilizo un Tikka en calibre .338 Win Mag. por su escaso peso y por qué al lugar que estoy yendo habitualmente, tengo que hacer disparos tanto de aguada como disparos largos cuando voy detrás de los ciervos que se encuentran en zona de médanos.
Desde ya que le doy mucha importancia también al escoger una mira óptica de gran entrada de luz o con retículo iluminado, lo cual me da una ventaja en las noches que se cubren de nubes.

COROLARIO
De todas maneras, y pese a mis recomendaciones, lo más importante en este asunto de la eficiencia de un calibre, es colocar ese único proyectil en un lugar letal del animal-trofeo.

Más vale un proyectil de un “humilde” .308 Win bien colocado en un sitio letal, que uno de un .375 H&H en el rabo de un padrillo.