Nuevamente, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de España, a través del prestigioso equipo de investigadores que conforman el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dirigido por Montserrat Gomedio y Eduardo Roldán, junto con Julián Grande, del Instituto de Investigaciones en Recursos Cinegéticos, realizó un estudio que permitió establecer que el tamaño y la complejidad de la cornamenta de los ciervos, guardan una relación directamente proporcional con su fertilidad.
Cuanto más grande y más compleja es la cornamenta, es decir, cuantas más ramificaciones y más puntas tienen, mayor es su fertilidad.
Solo se estimaba el tamaño de las astas como un arma, por la ventaja que puede representar a la hora de pelear con un rival de su misma especie por defender un harén de hembras. Pero esta investigación probó que tiene además una función de señalización para las hembras, a las que ofrece información de importancia sobre la fertilidad del macho.
A partir de este dato constatado, los científicos del CSIC proponen que esta información sobre la fertilidad de los machos, podría ser percibida de algún modo por las hembras, y utilizada además para elegir con qué macho aparearse, desmarcándose así de la hipótesis tradicional de que solo los ejemplares que vencen en las peleas logran el apareamiento con las hembras.
Esta puede ser la respuesta al porqué, las hembras en ocasiones suelen irse con el macho que perdió la batalla ante su par, por ser el reproductor del harén. También nos ayuda a entender, que la hembra lo hace porque percibe que ese macho perdedor es el más fértil, por lo tanto, es el que le interesa para poder reproducirse.
Este estudio fue valorado y difundido por medios especializados como Biology of Reproduction y Proceedings of the Royal Society of London.