El ciervo rojo es una especie que vive entre 20 y 25 años (MONROY, 1999). ¿Cómo podemos determinar la edad de un ciervo salvaje? En el macho, su prominente físico, el grosor de su cogote y papada, la barba, el rastro y hasta el tranco, pueden ayudarnos a reconocer un ciervo “joven” de un adulto y/o viejo. El tamaño y desarrollo de su cornamenta, solo puede “orientarnos” en cuanto a la edad, pero no nos dará con exactitud la misma. Muchos investigadores europeos afirman que una de las maneras de establecer con exactitud la edad de un ciervo (aplica para los rumiantes), es analizando su dentición o estructura dentaria. Siendo el desgaste del cuarto molar el que más nos puede orientar. Aunque también hay excepciones que pueden llevar prematuramente al ajeo de este molar, como puede ser el continuo rumen de pastos duros. Las regiones en las que habitan estos ciervos dentro del territorio argentino, son muy diversas en cuanto a clima y alimentación, por lo tanto, no encontraremos el mismo desgaste dentario en un ciervo/a de 6 años del duro oeste pampeano, a uno de su misma edad, que mantuvo una dieta de forrajes y/o pasturas blandas. En agosto del año 1976, la afamada revista de caza húngara “Nimród”, publicaba un memorable artículo del cazador, escritor y reconocido investigador húngaro József Szabolcs, sobre cómo podemos determinan la edad de un ciervo rojo (cervus elaphus) en estado salvaje. Quien, mediante una secuencia de dibujos, describe los cambios que se producen en la contextura física del animal, según pasan los años. Introducción “En el caso de la caza de trofeos, es requisito indispensable adquirir suficiente pericia, para ser capaces de juzgar correctamente su edad. Aquellos que saben antes de disparar, la edad del animal al que están apuntando con su arma no se avergonzarán por un «tiro dañino» y puntos negativos durante la evaluación del trofeo. Conocer la edad también es absolutamente necesario para la estimación de existencias, lo cual es necesario para la elaboración de planes de control de existencias. Los libros especializados proporcionan varios signos distintivos para determinar la edad de un ciervo. Los cazadores experimentados, con buenas habilidades de observación, pueden estimar la edad del macho con tanta precisión que en su mayoría cumple con el objetivo práctico, incluso «mirándolo». Sabemos que el macho joven lleva la cabeza en alto y, a medida que envejece, la posición de la cabeza baja. El cuello de los jóvenes es delgado, el cuello de los viejos se vuelve más grueso. En general, la coloración de la cabeza de un macho envejecido tiende de marrón oscuro a más claro, y en algunos tipos de paisajes, especialmente aquellos con pelo oscuro, se desarrolla un ojo de gato más claro y claramente visible alrededor de los ojos a una edad más avanzada. El macho viejo, exhausto por las fatigas de la brama, incluso cuelga fláccidamente las orejas, cuando tal señal no se puede ver en las orejas de mediana edad. La edad no se puede inferir del tamaño del cuerpo, ni la profundidad o frecuencia del bramido es un signo confiable. En términos de determinar la edad, la cornamenta dice lo mínimo. Cualquiera que quiera inferir la edad de las astas puede equivocarse. Solo podemos juzgar con precisión la edad del primer macho con cuernos. En años posteriores, solo podemos estimar con la ayuda de signos conocidos, pero a mayor edad, mayor margen de error. Para machos de entre seis y diez años, podemos añadir 2-3 años. Cuando un macho, por la forma de sus astas, es claramente apto para el tiro, entonces determinar su edad no debería ser un problema, ya que se puede disparar sin importar si tiene cuatro, seis u ocho años. Pero es más común tener un ciervo con cuernos que no importa en absoluto la edad que tenga, porque si tiene solo cuatro, entonces estamos ante un buen desarrollo de la cuerna, pero si el ciervo -con cuernos similares- tiene seis años o más, entonces ya tiene los cuernos débiles, han dejado de desarrollarse. Así que ojo con los machos de mediana edad porque es fácil equivocarse con ellos. La determinación de la edad también es extremadamente importante para los machos maduros». Sabemos que un ciervo con una buena tendencia al desarrollo de las astas, produce cornamentas cada vez más fuertes, al menos hasta los 10 años, aunque a menudo hasta los 12-14 años puede también ser capaz de desarrollar sus astas, dispararles es dañino y un gran error. El desarrollo de cornamentas largas, con muchas puntas y buenas coronas, no suele culminar en su décimo año de vida, los reservamos para otros dos años. Para la determinación de la edad, he desarrollado un procedimiento que puede implementarse y dominarse fácilmente en la práctica de la caza. Esta es la «citación de la columna vertebral». Publiqué esto por primera vez en 1963, desde entonces lo he refinado y comparto la versión mejorada a continuación con mis compañeros cazadores, con la esperanza de que puedan beneficiarse de ella. La esencia de esto se basa en la línea de contorno de la espalda del macho, es decir, se traza una línea imaginaria sobre la columna vertebral, extendiéndola hacia adelante. Se puede proyectar en cualquier época del año, tanto para machos en brama, como post brama o invernados. Todo lo que necesitamos es que se vea ciervo de perfil, esta es una condición antes de disparar de todos modos. No es necesario ver todo el cuerpo, basta con mostrar solo la línea de la espalda, el cuello y la cabeza. Es fundamental que el ciervo no se ponga en alerta, porque entonces levanta la cabeza más alto que en una postura natural. Incluso mientras pasta, baja la cabeza, ramonea o se traslada por colinas o pendientes empinadas, porque lleva la cabeza más profunda de lo habitual. En tales casos, esperamos hasta que se vuelve hacia un lado y observe sin sospechar nada.
En Argentina la edad de vida promedio de un ciervo macho “en cautiverio”, ronda entre los 12 y 16 años; en cambio, “en estado salvaje” esa media baja, promediando ahora entre los 10 y 13 años de vida. Aunque en ambos casos, hay excepciones que rompen estas medias.
Las hembras son más longevas que los machos, llegando en casos a sobrepasar los 20 años de edad. Y Carranza en estas líneas nos da unos de los motivos que marcan esta diferencia:
-En correspondencia con las diferencias entre sexos en las posibilidades reproductivas a lo largo de la edad, el envejecimiento en los machos ocurre más prematuramente que en las hembras y está previsto desde su nacimiento. Los dientes molariformes, por ejemplo, se producen en los machos con un tamaño menor de lo esperado en base a su tamaño corporal, lo cual explica su mayor tasa de desgaste y prematuro agotamiento (Carranza et al., 2004)-.
Otro factor determínate (en estado salvaje) en esta diferenciación en la edad promedio de vida entra machos y hembras, se da por la alimentación y el desgaste físico que sufren unos y otros. Las hembras, a lo largo del año, obtienen una mejor dieta que los machos. Estos últimos suelen pasar una parte considerable del otoño, casi sin alimentarse debido al celo, y luego se someten a crudos inviernos en lugares hostiles, donde no siempre pueden acceder a una buena nutrición. Considerando que la primavera y un “buen verano” los ayudaron a reponer peso y energías, viene otra vez el celo y el ciclo se repite…
De esta manera deberíamos considerar si podemos aplicar con exactitud esta teoría en nuestros ciervos colorados, o solo como orientativa y no como una regla.
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