En argentina se lo conoce como antílope de la india, cervicapra o antílope negro.
El dimorfismo se nota claramente a partir de la adultez. Solo los machos presentan cornamenta y su coloración conforme van madurando es más oscura que la de las hembras (Nowak, 1991).
Es uno de los pocos antílopes en los que el macho y la hembra, en su estado de adultez, difieren en la coloración.
Presenta un pelaje grueso que va del café muy oscuro, casi negro y rojizo al café claro en la cara, cuello, partes superiores (hasta la línea media de los costados) y lateralmente casi hasta el extremo distal de las cuatro extremidades. El pecho, partes inferiores del cuerpo, porción interna y distal de las patas, región interna de las orejas y unos círculos alrededor de los ojos y de la punta del hocico son de color blanco. Las hembras y crías por lo general son de color café más claro y un poco amarillento (Nowak, 1991).
De similares características morfológicas a sus parientes, las gacelas, que habitan mayormente el continente africano.
Cuerpo esbelto, patas largas, delgadas, pero muy potentes, terminando en agudas pezuñas, lo que le permite ser tan veloz.
Cabeza pequeña, orejas largas y puntiagudas, hocico delgado y cuello largo.
Considerado el segundo animal más veloz del mundo, después del Chita o Guepardo. Alcanza velocidades que superan los 70 km/h y puede saltar más de tres metros de altura.
Ante un inminente peligro, son las hembras las que generalmente alertan al grupo, dando saltos en el aire antes de emprender la huida.
Tienen una media de vida de 15 años en estado salvaje, llegando hasta los 20 años en cautiverio (Long, 2003-Nowak, 1991).