Considerado como consumidor intermedio y selector concentrado en su dieta (escoge las partes más nutritivas de las plantas).
Además, la dieta debería estar caracterizada por diferencias entre épocas del año, es decir, el ciervo debería cambiar a una dieta tipo ramoneador cuando el forraje se lignifica y de acuerdo a la disponibilidad de los ítems alimenticios concentrados (Hofmann 1989).
Por la estacionalidad de su dieta y la zona donde habiten nombraremos algunas de sus preferencias alimenticias.
En el llano los sembrados son sus predilectos, entre los que se encuentra el trigo, avena, centeno, mijo, sorgo, maíz, alfalfa, girasol, llorón, esmerilotus, soja.
En el monte su dieta se compone de pasturas comunes como la cebadilla, gramilla, flechilla, trébol carretilla, poa.
En la cordillera realizan migraciones hacia zonas más altas durante el verano y migran a zonas bajas durante el invierno en busca de una mejor alimentación.
Un estudio en el Parque Nacional Nahuel Huapi determinó, considerando el promedio anual, que la dieta del ciervo colorado estuvo compuesta principalmente por especies arbóreas (35%) seguidas por las graminoides (22%), los arbustos (19%) y las gramíneas (15%); mientras que las especies herbáceas no superaron el 10%.
En otoño e invierno sufren un letargo en su apetito lo cual contribuye a evitar el gasto energético que produce la búsqueda improductiva de fuentes alimenticias en esas épocas del año. Para luego obtener su mejor ganancia de peso en primavera y mantenerse durante el verano.