Roldana de Amitú

La primer "lazarillo" de la raza Dogo argentino

El 20 de junio de 1971, se realizaba en el Club de Trabajadores Municipales de Vicente López, Buenos Aires, una de las más significativas exposiciones de la raza Dogo argentino en nuestro País.

Presidida por Agustín Nores Martínez, quien abrió la exposición puntualizando: 

“El Dogo es uno de los perros más completos por su ductilidad. Es sociable, obediente, pero al mismo tiempo muy carnicero…”

Participaron en la expo más de 50 ejemplares de distintas provincias argentinas, coronando extraordinarios Dogos de antaño, llevándose el primer puesto “Picunche de Namuncurá” de José Menéndez.

Sin embargo, la protagonista de la jornada fue Roldana (Dana) de Amitú que, con tan solo 13 meses de edad, se convertía en la primera “Lazarillo” de la raza dogo argentino.
Su propietario, el Sr. Víctor Gastón David (no vidente) hizo una pequeña demostración de lo que Dana era capaz de hacer para mejorar su calidad de vida. Reconociendo que anteriormente se había valido de distintas razas, pero ninguna había aprendido con tanta facilidad.
Su inteligencia, capacidad para captar lecciones y acciones, docilidad y prontitud de reacción, denotaban su excelente equilibrio.
En dicha demostración, se simularon distintas actividades de la vida cotidiana, como el ingresar a un local a tomar un café, donde Dana se situó inmediatamente debajo de la mesa para no entorpecer al mozo o los habituales concurrentes. Guio cuidadosamente a su amo hasta una mesa donde sonaba un teléfono para que este lo atendiera. Sorteó obstáculos para preservar la integridad física de su acompañante. Indicó a su compañero el momento oportuno para cruzar la calle mediante las luces de un semáforo, y hasta lo orientó para subir a un colectivo improvisado. En este punto, David resaltó que Dana hace lo mismo en el subte y conoce las combinaciones necesarias para llegar a distintos destinos.

A todo esto, el Dr. Agustín Nores Martínez, eufórico como pocas veces se lo vio, decía: 

-“Y allí está el maravilloso animal, obedeciendo a las órdenes de un ciego, acatando las complejas señales de tránsito (luz verde/roja) para que su amo esté ha cubierto de riesgos.
Es un lazarillo cabal. Perfecto. Que no se equivoca.
Así es, no yerra. Ascenderá en el colectivo que llevará a su desvalido amo a su casa y tomará ese y no otro colectivo…”

Casos parecidos, indujeron en esos años a autoridades cinófilas europeas, para incluir al Dogo argentino en el grupo «Working Dog» (perro de trabajo).

Cazador

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