Cazar a Distancia

Por Gustavo A. Jensen

En los tiempos que corren con restricciones para movilizarse por la pandemia que nos azota, sumado a la veda cinegética propia de la época estival, nos queda mucho tiempo libre, que al menos en mi caso, trato de sobrellevar con la lectura de material afín a nuestra pasión, la CAZA MAYOR. Pero como la mayoría de los veteranos, mi gusto es leer en papel real y poco a poco el material de lectura que he ido apilando, se va reduciendo hasta que llega el momento de comenzar a buscar en la biblioteca o en las cajas con revistas viejas, algo que, por el tiempo transcurrido, su contenido no nos quedó registrado en la mente, o al menos una gran parte de ello.

Así fue como encontré una vieja revista SAFARI, en su publicación oficial del SCI correspondiente al período noviembre/diciembre 2007, y en su página 62, un artículo titulado KILLING AT DISTANCE, qué traducido significa matando a distancia o más contextualmente CAZAR A DISTANCIA, escrito por Wayne Van Zwoll, un desconocido para mí, pero con un mensaje muy interesante tanto para avezados como para nóveles cazadores y que trataré de compartir en su parte más sustanciosa, porque creo vale la pena refrescar o incorporar estos conceptos a nuestra rutina cinegética.

Van Zwoll dice haber hecho una encuesta entre varios centenares de cazadores respecto a la máxima y mínima distancia a la que mataron un elk, siendo los puntos extremos 925 yardas y 55 yardas respectivamente (recordemos que 1 yarda son 90 cm), siendo la distancia promedio del relevamiento 263 yardas. No obstante esta estadística, el autor concluye que en su experiencia personal, y debo agregar que en la mía también, la mayoría de los disparos se producen entre los 150 y 200 m, (a partir de ahora voy a utilizar unidades de medidas afines con nuestro sistema métrico decimal) y, por lo tanto, no tiene mucho sentido calibrar la mira de nuestro rifle a mayores distancias, pues lo que debemos lograr es tener un máximo point-blank range de 15 cm a una distancia de 250/280 m, esto es un círculo de impacto con ese diámetro.

¿Qué significa esto? Bien, aquí radica el verdadero tabú sobre la regulación de las miras telescópicas en un rifle de caza mayor. Como todos sabemos, el proyectil a la salida de caño hace una parábola ascendente hasta un determinado punto y de allí comienza a descender. También sabemos que la boca de cañón está ubicada unos 3,5 cm por debajo del centro del retículo de la mira telescópica. Esta es la distancia normal con montajes de altura media y por supuesto puede aumentar o disminuir si levantamos o bajamos la posición de la mira. En aquellos casos de miras con un gran objetivo de 56 mm, la distancia puede aumentar a los 4,5 cm.

Así las cosas, al momento del disparo, el proyectil sale por debajo de nuestra línea horizontal de visibilidad entre el centro o la cruz del retículo y el objeto que tenemos apuntado, pero a los pocos metros, normalmente entre 22 y 24 m (esto depende de la velocidad del calibre que estemos usando, cuando más rápido más lejos) su parábola ascendente hace que cruce la línea imaginaria de la horizontal que mantenemos enfocada, provocando lo que se llama el primero CERO. De allí en más el proyectil seguirá volando por encima de la horizontal hasta un punto máximo de altura, para iniciar la parábola descendente y volver a cruzar nuestra horizontal imaginaria, provocando lo que se llama un segundo CERO, al que los tiradores suelen llamarlo «MOSCA».

Este segundo cero, cuando hablamos de tiros de caza, idealmente debería situarse entre los 200 y 220 m de manera tal que al llegar a los 250 m, por la caída propia del proyectil siguiendo su parábola descendente, esté impactando entre 5 y 7,5 cm del centro del blanco al que disparamos, es decir dentro de los 15 cm del máximo point-blank, cuyas dimensiones coinciden con la zona letal de cualquier animal de caza mayor.

También debemos tener en cuenta que para lograr un CERO a 200-220 m el proyectil deberá ascender en su parábola entre 5 y 8 cm, esto depende del peso del proyectil y la velocidad del calibre que utilizamos, lo que normalmente se produce entre los 130 y 150 m del lugar del disparo, por lo que esta altura máxima seguirá respetando las, dimensiones del point-blank que queremos lograr, es decir dentro de los 15 cm.

¿Para qué nos sirve esto? Muy simple, cuando tenemos que disparar a un animal que se encuentra en un rango de distancia de 20 a 250 m, no nos tenemos que preocupar por compensar la caída del proyectil apuntando más arriba o más abajo, disparando al centro del blanco elegido lograremos un impacto que siempre estará dentro de los órganos vitales, con algunos centímetros más arriba o más abajo, pero siempre letal.

Ahora bien, ¿cómo se logra esto? La calibración diferirá, según la balística, del calibre que estemos utilizando, para lo cual siempre es bueno leer algo sobre estos aspectos y conocer, mínimamente, qué velocidad tenemos a la boca del caño con el peso del proyectil que vamos a disparar. Tratando de generalizar, podemos decir que todos los calibres con una velocidad inicial en el rango de los 2900 a 3000 pies por segundo, para citar algunos más comunes, el 300 Win Mag., 243 W., 270 R., 7 mm Rem, 338 W., si regulamos nuestra mira entre 3 y 3,5 cm arriba a 50 m vamos a lograr un cero entre 200 y 230 m, tal vez un poquito más según el peso del proyectil, pero a los fines que estamos buscando es irrelevante que el CERO esté 20 m más lejos, siempre vamos a estar dentro del point-blank range deseado.

En los calibres menos veloces como el 30-06 y 308, por citar los conocidos y difundidos, tendríamos que regular entre 4 y 5 cm a 50 m y estaremos con un CERO a 200-220 m.

Como se darán cuenta, si pretendemos lograr un CERO a 350 m tendremos que levantar la calibración del rifle, con lo cual la parábola ascendente saldrá, en un disparo corto de 150 m del óptimo círculo de 15 cm, y, por lo tanto, de la zona vital del animal, por lo que tendremos que compensar la altura apuntando más abajo y como dice Van Zwoll es más fácil tomarse el tiempo para compensar la altura en un animal que está lejos del que está cerca, pues siempre al acortar la distancia hace que sean más proclives a espantarse, siendo además conocido que son más los disparos errados por encima del animal que por debajo.

Antes de dejar este tema quisiera agregar algo respecto a la distancia a la que debemos regular nuestro rifle. Sobre este particular hay muchos criterios y los americanos tienen incorporado su método de regular a 100 yardas (90 m) y en función de ellos han montado todas las tablas sobre regulación que nos llegan desde USA, pero conociendo la balística de nuestro rifle, de las cuales también existen tablas impresas que nos marcan como impacta a 50,100,150,200,250,300,…….. yardas o metros (en algunas se puede lograr la conversión), sabremos que con determinado peso de punta pega a 50 m 3,5 cm arriba (ejemplo), 7,5 cm arriba a 150, 2 cm arriba a 200 y CERO a 225 m, entonces para qué vamos a tirar a 90 o 100 m si podemos regular perfectamente a 50 donde es más fácil apuntar, mantener la estabilidad del rifle y verificar cada impacto sin necesidad de caminar hasta los 100 m y por supuesto se gastan muchos menos balas, elemental, pero no todo el mundo piensa así y siguen tirando a 150 m para regular la mira. Yo hace 50 años que utilizo este método y siempre funcionó a la perfección.

Me fui bastante del artículo con el que inicié esta nota, pero en algún momento quería escribir algo sobre la regulación de la mira telescópica para un disparo de caza a distancia.

Otra de las cosas interesantes que menciona el autor precitado en la revista SAFARI, es que no interesa lo preciso que sea el rifle que disparamos, siempre debemos sostenerlo y apuntar correctamente a larga distancia, para lo cual es importante utilizar un apoyo adecuado para mantenerlo estabilizado y acomodar correctamente nuestro cuerpo en dirección al blanco deseado, antes de centrar el rifle.

Respecto al apoyo debemos tener cuidado de no colocar el caño sobre el mismo, siempre debe apoyar la culata y además si utilizamos una base dura como una piedra o el tronco de un árbol, sostenerlo con la mano, pues de lo contrario se deslizará al tiempo del disparo. Sobre la posición de cuerpo, refiere que quien direcciona el rifle son los huesos del cuerpo, pues en definitiva los huesos son los que nos sostienen y los músculos son flexibles y con poco sustento para aguantar el retroceso del disparo, por lo que si no colocamos correctamente el cuerpo antes de disparar y el rifle no queda naturalmente alineado con el mismo hacia el blanco, el disparo será un yerro si corregimos con los músculos, pues el rifle buscará regresar a la posición natural de los huesos del cuerpo. 

¿Cuánto de lejos es muy lejos? Se pregunta Van Zwoll, dice que eso depende de la habilidad de cada cazador con el rifle y la munición que utiliza, así como de las condiciones de tiro. Manifiesta haber errado disparos a 60 yardas y haber matado animales a más de 400 yardas, cada disparo es diferente y cada uno deba llegar a conocer sus límites en cuanto a la distancia a la que va a disparar, pero nunca usar como variables de una excusa para realizar tiros imposibles el tamaño de la cornamenta del ciervo, ni que es la última oportunidad antes que finalice la cacería, lo único que vale es la seguridad de efectuar un disparo que garantice una muerte limpia del animal.

Para finalizar voy a tratar de traducir lo más fielmente posible las palabras de Van Zwoll al finalizar su nota: «Cuando alguien presume ante mí respecto a un disparo de muy lejos, yo trato de ser gracioso. En lugar de preguntarle si puede repetirlo 9 de 10 veces, pongo una mano sobre su hombro y le digo cordialmente,»… eso está bien, tú deberías hacerlo más cerca la próxima vez; porque no importa lo bien que se dispara, cerca es siempre mejor.

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